CUENTOS POR CALLEJAS

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domingo, 1 de agosto de 2010

ECONOMÍA Y ESPERANZA




Ahora que ya no puedo trabajar me dedico al estimulante ejercicio de la reflexión. Esto de pensar proporciona momentos de lucidez y también de inquietud. Con lo bien que transcurría la vida con la rutina del trabajo, las emociones del fútbol y las diversiones del sexo... Lo del trabajo se ha puesto feo y a los españoles nos queda el opio del balompié que hubiese criticado Lenin por alienar este deporte a las masas.

Bueno, a lo que iba. Esto de pensar, además de confirmarme que existo me lleva a indagar qué es lo que está pasando con la economía en general, y con la española en particular. Esto es algo complicado, confuso y enmarañado. "La economía es ese sistema diabólico que nadie sabe muy bien cómo funciona." Eso dice Keynes, que era un hombre listo y que nos dio algunas claves para desenredar la maraña de los líos en que nos vemos. Ya sabemos que esta ciencia es la menos exacta de las ciencias.

Alguien dijo: "Un economista es un tipo que explicará mañana por qué lo que predijo ayer no se ha cumplido hoy". Así que ustedes me dirán.

No obstante lo dicho, ha habido y hay gente que piensa con sensatez que es capaz de realizar un profundo análisis de las causas y nos ofrece soluciones que si bien no llegan a ser perfectas, sí serían paliativos eficaces y, en ocasiones, soluciones adecuadas. Alfred Nobel no incluyó en su testamento un premio a la Economía, pero seguro que hubiera dado su visto bueno al que se estableció en 1969 a propuesta del Banco de Suecia. Uno de ellos, el estadounidense Joseph Stiglitz, se atrevió a dar un sabio consejo al Estado español. Naturalmente, nadie le hizo caso. Contamos en España con un buen grupo de economistas. Cito a V. Navarro, Alberto Montero Soler y a  Juan Torres López, entre otros. Ahora hago una sugerencia, mas me agacharé por si alguien me apedrease.

En un país como el nuestro, donde se pagan millones por unos futbolistas. ¿Qué sucedería si se ficharan a varios economistas de primera división, que estableciesen un plan para resucitar a nuestro país? Queridos lectores, esto es una utopía. Pero alguien dijo que "las utopías de hoy serán las realidades de mañana."

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