CUENTOS POR CALLEJAS

Hay base en la realidad y/o en la ficción en todo cuanto opino y/o narro.

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sábado, 19 de octubre de 2013

COMO UN SCHINDLER A LA ESPAÑOLA EN FRANCIA


Jean Pierre Cerdeau era en aquel año de 1942, como muchos de sus compatriotas, un entusiasta colaborador de los nazis alemanes que habían ocupado su país. Se les llamaba colaboracionistas por los escasos franceses que se consideraban enemigos de aquel régimen inhumano aceptado por tanta gente.

En la pequeña ciudad del Midi-Pyrénées donde residía nuestro hombre como modesto funcionario del Ayuntamiento se había establecido una oficina de la Gestapo con la intención de "limpiar" de judíos aquella zona.

Jean Pierre se apresuró a conectar con el jefe nazi comandante Erich Hamstel. No dudó en ofrecerle sus servicios con la pretensión de alcanzar cierta relevancia ante sus nuevos amos.

El comandante le prometió una recompensa si lograba ponerle en sus manos los judíos que él conocía en su localidad.

No muy lejosde su domicilio sabía de una familia judía de origen sefardí, cuyo cabeza de familia se llamaba David Peres. Vivían en las afueras regentando un negocio de suministros agrícolas y no frecuentaban apenas la ciudad. "Serán una presa fácil", pensó Jean Pierre.

Se dirigió en su bicicleta a la casa de los sefardíes, pensando que a lo mejor un día le concederían un coche oficial.

Había pensado comprobar el número de miembros para dar una información más completa al comandante Hamstel.

Con la excusa de preguntar el precio de algunos artículos habló con David y supo de cuántas personas vivían allí. Cuando salió se dio de bruces con un extraño individuo que hablaba con acento español. Intercambiaron algunas palabras de disculpa por el encontronazo y el hombre le dijo ingenuamente:

-- Me llamo Juan Ruiz y vengo para saber cómo les va a los Peres. Tal como están las cosas no estoy tranquilo por su seguridad.

-- Sí, la Gestapo no tardará en saber dónde viven -- dijo Jean Pierre con una media sonrisa.

Juan se quedó pensativo y decidió que había actuar con rapidez. Afortunadamente, nadie sabía que él era un miembro de la Resistencia que, como en toda Francia, la componía en su mayor parte por exiliados españoles que iniciaron y mantenían la oposición armada contra los alemanes.

Después de hablar con el matrimonio Peres y sus dos hijos desapareció hacia un bosque cercano.

Jean Pierre se fue a hablar con el comandante de la Gestapo, ufano por darle una información importante.

Al día siguiente por la mañana se dirigió con un pelotón de soldados hacia la casa de los Peres. Allí la encontró vacía. Era evidente que habían huido.

Esto enfureció al comandante, quien ordenó que quemasen la vivienda y se dirigió hacia el bosque con la idea de dar con el grupo de resistentes del que formaba parte Juan Ruiz.

Una lluvia de balas dio la bienvenida a los tipos de la Gestapo. Viendo la perspectiva, Erich decidió retirarse y desde su cuartel organizar una batida por el bosque y los campos vecinos.

Pero la rápida actuación de Juan Ruiz puso a salvo a la familia Peres, la cual, a través de una intrincada red de comunicaciones, fue puesta a salvo en la frontera española. Desde allí viajaron hasta Argentina, donde otros exiliados judíos habían hallado acogida.

La actuación de Juan Ruiz con sus compañeros no fue la única.

En otra ocasión les hablaré de otras hazañas y de la valiente novia de Ruiz, Juanita, cuyas acciones ocasionaron la furia de la Gestapo y de los colaboracionistas franceses.

sábado, 21 de septiembre de 2013

¿HISPANOAMÉRICA O LATINOAMÉRICA?



Durante mucho tiempo en España se utilizaba el término Hispanoamérica para referirnos a los países que fueron territorios del Reino español.

Comprendo que si hace mucho que dejaron de pertenecer a la Corona, tal apelativo no debe utilizarse. No decimos Angloamérica para hablar de USA o Canadá, por consiguiente lo de Hispanoamérica no tiene sentido.

En mi opinión, lo correcto sería Suramérica y no Latinoamérica, porque los latinos son los naturales del Lacio, región de la Roma antigua, y, que yo sepa, no fue desde allí desde donde se hizo el descubrimiento y la exploración de las tierras americanas.

Otra denominación sería América Meridional, y los matices de América Central y América Insular.

Quiero recalcar que la positiva influencia de los países sudamericanos sobre nuestra lengua castellana y nuestra literatura dio lugar a la aseveración de un escritor español, quien dijo:

"No sé si los países del otro lado del Atlántico son hispanoamericanos, pero España sí es hispanoamericana."

miércoles, 18 de septiembre de 2013

INTELIGENCIA Y BONDAD



Siempre me ha fascinado la inteligencia. Conocer las conquistas del cerebro humano es apasionante.

Supongo que hay estadísticas que digan el porcentaje de inteligentes entre la población. Otra faceta es la genialidad. Esto sí que es difícil de contabilizar. ¿Uno por cada millón de habitantes? ¿Cada diez millones? La respuesta puede ser más difícil, más aleatoria. Pero ahí están los hombres y mujeres geniales que han brillado en la historia de la Humanidad.

Lo contrario de todo esto es la estupidez. ¡Cielos! ¡Qué cantidad encontramos! En estos tiempos lo vemos especialmente entre los políticos, pero hay que echarse a temblar si a la idiotez se le añade la maldad, con lo que ya tenemos un cóctel infernal.

Parece ser que en ocasiones la estupidez es temporal, como en el caso de los enamorados, que mencionaba Ortega y Gasset. En cualquier caso, me remito a la divertida obra que escribió Jonathan Swift titulada "Hospital para imbéciles", mediante la cual se proponía una terapia para los de su época, y creo que también serviría para la nuestra.

Que conste que yo podría incluirme en tan benemérita institución por las necedades que haya cometido.

Bueno, ¿y qué tiene que ver con el título de este escrito? Es decir, con la bondad. Pues que la inteligencia, el talento y la genialidad son naturales, es decir, que inevitablemente surgen según un porcentaje que la naturaleza determina.

La bondad no es natural. En el reino animal, al que pertenecemos, la supervivencia es para los más listos y los más fuertes. Es un mundo cruel e implacable. La bondad no existe en este hábitat.

Entonces, ¿cómo es posible que veamos personas que con su buen quehacer transforman su entorno e influyen en el mundo?

Hay que matizar que si la bondad no es natural, tampoco es antinatural. Este último es autodestructivo; el otro es creativo y no combate a la naturaleza, sino que la supera.

Lo compararía con esas aves que vuelan tan alto y recorren miles de kilómetros, en contraste con los animales que caminan o reptan sobre la tierra.

sábado, 24 de agosto de 2013

RECUERDOS DE JUVENTUD



En la época de mi infancia, la formación religiosa que recibíamos (obligatoria) era severa. En realidad, a muchos nos amargó la vida. Éramos muy, muy pecadores y candidatos al fuego eterno, se nos decía.

Sobre todo, proclives a caer en las tentaciones de la carne. El sexto mandamiento nos observaba con ceño fruncido, porque no obedecerlo era el peor de los pecados, origen de un sinfín de otras maldades.

Con esta mentalidad entré en mi juventud dándome los inevitables tropezones que el diablo ponía en mi camino, y juzgando con ingenuidad el comportamiento de los demás.

Conocía a mucha gente. Amigos y amigas me mostraban la juventud de aquella época.

Mari Carmen fue una de ellas. De profesión científica, recalcaba su ateísmo. Era un ateísmo entusiasta, por así decirlo, pues había pedido y obtenido un certificado de apostasía de la Iglesia Católica.

Yo no pensaba que eso fuese necesario. Se cree o no se cree, pero un documento que diga lo descreído que eres me parece demasiado. Pero, bueno, cada cual que haga lo que quiera, siempre que no fastidie a los demás.

Volviendo al tema que nos ocupa, vi que Mari Carmen era absolutamente liberal en materia sexual. Decía que la sexualidad era un regalo de la naturaleza, y que teníamos derecho a disfrutarlo sin restricciones.

Me llamó la atención lo de esta chica, pero no fue un caso único.

Permítanme hablarles ahora de Clavel. No era su nombre, desde luego, mas así no se crean indicios.

Aquella mujer de figura elegante y rostro que hubiese encantado a un pintor renacentista era de trato amistoso y cordial.

Me fue contando su vida desde la adolescencia, y me dijo que con 18 años sufrió una enfermedad de transmisión sexual; y me lo narró con tal lujo de detalles que, por escabrosos, prefiero no mencionarlos aquí.

Siguió su largo historial amoroso con cantidad considerable de amantes, entre los que se encontraba algún hombre casado, y a punto estuvo de hacer sucumbir al párroco de su barrio.

No me lo decía como una lista de aventuras que hiciese que se sintiera orgullosa. Al contrario, se sentía desgraciada por no encontrar el amor definitivo. Pero para ella no había amor sin sexo. Por cierto, tenía la costumbre de contar a sus posibles pretendientes todos los pormenores de sus anteriores relaciones, con lo cual ponía en fuga a todo aquel que se interesase por ella. Después, claro está, de las consabidas relaciones sexuales.

Sin embargo, descubrí algo que me dejó pasmado: era profundamente religiosa. Se podría objetar que era hipócrita, pero no lo era, según lo que pude comprobar.

Hablaba de temas religiosos con total desenvoltura, y ella me decía que la religión católica permitía el placer, cosa que otras creencias no consentirían (?).

Todas las noches leía algún capítulo de la Biblia y me recomendaba que, para sentirse bien, no había nada mejor que ir a misa y comulgar.

Así era su mentalidad e incapaz de distinguir entre lo que era correcto o no. Por eso juzgué que era inocente.

Lástima que yo no contribuyese a su felicidad. Me limité a observarla con curiosidad, como un biólogo lo hace con un ser vivo de suma rareza.

Han pasado varios años y no he vuelto a saber de ella. ¿Habrá encontrado el afecto que necesitaba?

Deseo de corazón que así haya sido.


domingo, 23 de junio de 2013

JOAQUÍN JOSÉ Y EL CORREDOR DE LA MUERTE


Joaquín José Martínez es un español que por el 1995 estaba en el corredor de los condenados a la pena capital, en Florida (USA).

Fue condenado tras un juicio en el que contó con la asistencia de un abogado de oficio. Esto significa que el defensor se limitará a cumplir con los requisitos mínimos que el decoro exige, pero es difícil que "eche toda al carne al asador", como se dice coloquialmente.

Durante cuatro años los padres de Joaquín movieron todos los resortes para evitar la ejecución de su hijo, para el cual hasta hubo quien propuso que pidiese clemencia al gobernador de la Florida, algo que el joven rechazó porque implicaba el reconocimiento de culpabilidad.

Joaquín afirmaba rotundamente su inocencia.

Todo tomó otro sesgo cuando se contrató otro abogado y se concedió la celebración de otro juicio.

Este nuevo letrado, prestigioso y eficaz, alcanzó para su defendido la plena absolución. Joaquín regresó a España para alegría de muchos compatriotas que habían seguido el caso.

Este breve relato lo he escrito a raíz del reportaje que hace unos días emitió RNE como conmemoración de ese suceso.

La locutora de Radio 5 habló de la civilizada y democrática actitud que en Estados Unidos se tiene en el sistema judicial que da a todos sus ciudadanos la oportunidad de salvar sus cabezas.

Lo que no explicó es que la intervención del excelente abogado contratado por los padres de Joaquín costó ¡100 millones de las antiguas pesetas!

Este dinero se obtuvo principalmente por la aportación de muchos españoles solidarios con el indefenso muchacho.

Hace años, cuando me enteré por los medios de comunicación de todo este asunto, sentí una terrible desazón. Joaquín José Martínez se libró de la muerte gracias a una enorme suma de dinero.

¡Carísimo precio por la justicia!